Dionisio el Exiguo, el hombre que inventó la expresión "Después de Cristo"

¡Amén, Dionisio!
Las contribuciones de este hombre tanto para con la historia de la humanidad como para con la historia de la Iglesia no tienen nada de exiguas, al contrario que su apodo.

Su vida dedicada al estudio -fue teólogo y matemático- se sabe que comenzó alrededor del año 470 y terminó en el año 544 y era originario de la región llamada Escitia menor, que hoy se llama Dobruja y está compartida por Rumanía y Bulgaria.

Por su privilegiada situación greográfica, pudo hablar, leer y escribir con fluidez griego y latín, lo que le permitió luego viajar a Roma en el año 500 y establecerse allí para dedicarse de lleno a sus trabajos de traducción, sobre todo encaminados a contribuir en el campo del derecho canónico.

Y el tío era incansable, pues tradujo todo esto:

  • Una coleccion de derechos sinodales de la que ha dejado dos ediciones:
    • Codex canonum ecclesiasticarum: solo en latín, casi todos los textos anteriores están incluidos, aunque añade alrededor de 140 textos nuevos. Por ejemplo: los Cánones de los Apóstoles o algunos otros del Consejo Africano de Cartago.
    • Una colección de cánones griegos de los que solo se conserva el prólogo.
  • Collectio decretorum Pontificum Romanorum: se recogen aquí constituciones papales, desde Siricio hasta Anastasio II.
  • También hico traducciones de lo más variadas, como la Vida de San Pacomio, la Instrucción de San Proclo de Constantinopla o De opificio hominis, de San Gregorio de Nisa.
Pero Dionisio no se cansó: escribió también un tratado sobre matemáticas elementales, dejó epístulas sobre cómo calcular los tiempos de Pascua y, como hemos dicho, inventó la expresión "Después de Cristo".

¿Mucha tela, no? Lo mismo pensaron sus contemporáneos, por lo que lo comenzaron a describir como "el abad más erudito de la ciduad de Roma", en latín abbas, un título reservado a cualquier monje especialmente anciano y respetado, aunque no hubiera dirigido un munasterio.

Entonces... ¿Por qué el enano?

Bueno, aquí entran las ganas de cachondeo y la ironía de todos los que lo conocieron y que, precisamente por eso, suelen pasar siempre a la historia.

Como todos sabemos, en aquella época la gente no solía ser muy alta, pues la humanidad ha ido creciendo en estatura con el paso de los siglos, pero parece ser que este hombre era especialmente bajo... De ahí el apodo.

Sin embargo, ciertos estudiosos han apuntado que esto no tiene necesariamente que ser así, sino que simplemente el apodo podía hacer referencia a la humildad de su caracter.

¿En qué se basa esta ambigüedad? En que el hombre se llamaba en latín Dionisius Exiguus y no se sabe muy bien qué se quiere significar con el adjetivo "Exiguus". Por eso, mucha gente lo traduce hoy al español como Dionisio el Exiguo, que también implica cierta vaguedad.

Fuentes:

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