Cuarta Declinación latina: Enunciación e identificación



Nos encontramos ya en la tercera entrada sobre identificar las declinaciones y empezamos a meternos en terreno muy, muy pantanoso.

Hoy le toca el turno a la Cuarta declinación y, como en los casos anteriores, la herramienta que vamos a emplear principalmente es la de fijarnos en la vocal que va justo antes de la terminación.

Pero repasemos la enunciación, antes de nada.

Enunciación


Reconocer bien una enunciación es más útil de lo que puedas imaginar. La enunciación nos va a dar las dos formas de la palabra más importantes, que no son más que el nominativo y el genitivo. El primero nos da la “base” de la palabra; el segundo nos ayuda a reconocer raíz y tema.

¿Pero cuál es su utilidad exactamente?

Por una parte, esta nos enseña qué tenemos que encontrar en el diccionario. Si una palabra de la Cuarta se enuncia, por ejemplo, “Domus, domus”, esto, y nada más que esto, es lo que tendremos que encontrar.

Por otra, la enunciación indica la declinación a la que se adhiere la palabra. Cada declinación tiene un genitivo especial, único, por lo que, si nos fijamos en él, seremos capaces de acertar con cuál es la declinación que regula el sustantivo. En la Cuarta Declinación, el genitivo siempre acaba en “-us”.

Identificación con enunciación

Con lo cual, empleando lo que acabamos de ver, ¿cómo identificamos una palabra de la Cuarta? Pues si nos dan la enunciación y la segunda parte acaba en “-us”, el sustantivo será de la Cuarta. Como ejemplos tenemos:

Exercitus, exercitus --> Genitivo en “-us”, ¿verdad? Cuarta, entonces.
Manus, manus --> Aquí también.
Genu, genus --> E incluso aquí.

Eso sí, ¡hay que estar atentos a la posibilidad de que nos den el genitivo acortado! Por ejemplo: Senatus, -us. Pero no hay que asustarse: es incluso más fácil, ya que solo hay que prestar atención a la parte justo del final.

Identificación sin enunciación


Hasta aquí muy bien, ¿no? Pero vamos con lo complicado. ¿Qué ocurre si no tenemos la enunciación? Si nos la encontramos en una oración o texto, si la encontramos suelta y ya declinada, lo que hay que hacer varía un poquito, pero poca cosa.

Repetimos: nos tenemos que fijar en la vocal que tenemos justo antes de la terminación o en la misma terminación en sí. En el caso de la Quinta, la vocal es “u”.

Veamos algunos ejemplos:

Arcui --> Aquí, si ignoramos la terminación “-i”, tenemos la vocal “u”, así que Cuarta, ¿no?
Partu --> En este caso, terminando la palabra en “u”, Cuarta también, ¿verdad?
Artus --> Ahora, eliminando la “s”, nos volvemos a encontrar con la “u” de la Cuarta.

¡Pero cuidado! La Cuarta se parece muchísimo, muchísimo, a la Segunda Declinación. Podríamos decir que son primas hermanas, así que habrá que prestar atención extra para distinguir entre una y otra.

Nominativo singular, acustivo singular, y nominativo, vocativo y acusativo plural son idénticos en ambas declinaciónes, pero como guía, podemos decir lo siguiente: la Cuarta Declinación tiene POQUÍSIMAS PALABRAS. De este modo, por lo general, apostaremos por la Segunda en caso de coincidencia.



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